domingo, 8 de abril de 2018

Autorretrato

De mi mas pequeña infancia apenas conservo recuerdos,
de esos que esparcidos y olvidados en mi linea corta del tiempo,
llegan como flechazos a mi en determinados momentos.

Viví media década al sur de América
antes de irme con ligero equipaje,
en una mochila no apta para esos viajes,
al gran continente donde esparaban encontrar la "estabilidad".

E intentando entenderme, con sangre mestiza y en territorio europeo,
de mi infancia el resto transcurrido tranquilo, como el cause de un pequeño río,
un río que se deja llevar y de los que me transmiten paz cuando lo veo,
de los que no sabes ni de donde viene, ni a donde va...,ni si está perdiendo su brío.

De mi infancia a la adolescencia pasaron muchas cosas
(de las cuales algunas no quiero pero debo acordarme),
volví a mi tierra natal por tres meses escasos
y traje de allí pensamientos que iban a ayudarme.

Cuatro años han pasado como una vida de eso,
cuatro años que han pasado en todos, pero no por eso menos duro,
cuatro años que parecian ir en decrescendo, pero se quedo en eso,
cuatro años...y el último de ellos lleno de mantras para ayudarme a romper el muro.

jueves, 26 de octubre de 2017

Frankenstein o el moderno prometeo siglo XXI sexta y última parte

A miércoles, 20 de diciembre del 2017
Veras querido Tom, después de mi estancia aquí he podido llegar a entender la razón por la que aquella mañana de hace ya casi un mes el señor Maurycy y la señora Miska me dieron a conocer tal información de Arthur. 
Dejando dicho tema a parte, he de comunicarte que no tienes de que preocuparte si piensas que no estaré allí para navidad porque de hecho ya estoy de vuelta para casa. 
Mi estancia en Alaska ha sido más apasionante de lo que me esperaba, y siento si de nuevo no he podido esta razón tan en contacto contigo de lo que me gustaría, pero la anécdotas que tengo que contarte te parecerán tan increíbles que parecerá que estuvieras allí. En verdad me gustaría decirte muchas cosas pero al ser tan poco el tiempo en el que nos volveremos a ver esperare a poder contártelo en persona. De por si la histórica de Arthur es tan interesante y su personalidad tan vivaz y serena que acabo por atraer me de tal forma que no pude evitar alargar más mi estancia allí, y si te lo está preguntando, sí conocí a lo que podría llamar su “hijo”  un ser con un gran corazón que fue juzgado injustamente por personas que decían defender la libertad y que aun la hora de la verdad eran iguales que el resto de los humanos e incluso a veces peores. En verdad espero hermanito que esto te haya servido para reflexionar sobre la bondad de las personas que se dejan llevar antes por sus prejuicios que por el hecho de que todos somos iguales.
Cuidate, os quiero.
John Martínez 

Frankenstein o el moderno prometeo siglo XXI quinta parte


Los últimos descubrimientos científicos me habían abierto el camino hacia el objetivo que tenia planeado conseguir, para adquirir los conocimientos necesarios para fabricarlo tuve que pasarme más de un año investigando por diversas fuentes, asistía a todas las convenciones que había sobre expertos en tecnología y biología, hacia multitud de experimentos y no me separaba casi nunca de los libros, en verdad estaba totalmente obsesionado. Recuerdo haberlo terminado en la madrugada de un viernes, su aspecto resultaba peculiar, pero amigable. Tenia más un aspecto de cyborg más que de humano o máquina.
 No pude evitar sentirme eufórico, ya me había preparado para si dicha situación acababa pasando pero aún así no pude evitar sentirme mareado, el echo de haberlo conseguido se sentía tan irreal, tan fantástico. El cyborg en cambio parecía confuso. En verdad sentía un gran sentimiento protector sobre dicho personaje. Era totalmente consciente de lo que dicho descubrimiento podría revolucionar mi campo de estudios.
Lamentablemente no pude hacer mucho cuando la noticia de que un ser medio robot medio humano vivía se expandía por las redes sociales a tal velocidad que de un día para otro miles de personas a las cuales les parecía mi creación una abominación, empezaron a insultarnos y denunciar nos por estas redes. Y por mucho que lo impedí, mi pobre creación acabo escuchando estos insultos. ¿Cómo te sentirías si personas desconocidas empiezan a insultarte por tu simple existencia? Esa pregunta rondaba mi cabeza cada día. Una vez él, con claros indicios de hablar lo mas correctamente nuestro idioma, me contó como había experimentado sus primeras semanas de vida.
“No te mentiría al decirte que cuando nací en verdad me sentía muy confuso y perdido, pero el consuelo que me causó verte junto a mi me tranquilizó y la compañía que me ofreciste esa noche me termino de agradar. Los siguientes días como tu ya sabrás no podían haber pasado más tranquilos, yo empecé a ver y experimentar nuevas sensaciones para mi y hacer preguntas a las que tú no te negaste a responder. Ciertamente era feliz, pero el tremendo acoso que empecé  sentir cuando miles de personas empezaron a insultarnos injustamente me dañaron tremendamente, pero aún así no me importaba ya que no me sentía solo, te tenía a ti al hombre al que podría llamar padre pero el hecho de que las amenazas e insultos se incrementasen han hecho de estas semanas unos días horribles, y es por eso de que con todo el pésame que siento te digo que me voy.”
Dicha noticia no me la esperaba, le pregunté el porqué y él simplemente me dijo que ya no podía estar rodeado de personas que le despreciaba tanto a el como a mi. No supe que decir, pero sabía que tenía razón, y es por ello que viéndome obligado a abandonar mi país tuve que despedirme de mis mejores amigos y mis padres sin dar muchas explicaciones  y huimos Alaska, un lugar hermoso, frío y libre de personas que nos juzgasen.

Frankenstein o el moderno prometeo siglo XXI cuarta parte

A medida que fui creciendo sentía cierto apego a estas áreas, pero no más que cualquier otro niño de mi edad lo sentiría hacia algún juguete, ciertamente no tenía muchos amigos pero de los pocos que tenia como Maurycy, en aquel entonces un pequeño niño de ojos verdes y pelo negro que contrastaba con una actitud pacifica pero traviesa al que conocía desde pequeño, y poco después Miska una niña poseedora de un hermoso pelo rubio platino y aquellos ojos que me recordaban al mar, todavía recuerdo el día en que llegó al la ciudad, era miércoles y estábamos en clase cuando ella entró junto con una señora que rondaría los cuarenta y pico años y la recordaba a verla visto en secretaría, ese mismo día Maurycy y yo nos encargamos de acompañarla y mostrarle la ciudad y sin saber muy bien como llegó a formar parte de nuestro circulo de amistad dando la impresión de que nos conociésemos de toda la vida. Aún hoy en día recuerdo el apoyo que me presentaron y me siento agraciado de tenerlos.
 Aunque ciertamente una vez pasamos a la secundaria las cosas cambiaron a una velocidad que daba vértigo, por mi parte yo me había empeñado en estudiar biología al igual que mi padre pero los estudios que me aportaban eran relativamente pocos a los que esperaba recibir por lo que tuve que cambiarme de escuela a otra con estudios superiores que me ayudarían a desarrollarme profesionalmente mejor que en las que había estado. Allí además empecé a descubrir más sobre diversos campos como la filosofía la cual me ayudó gratamente a abrir más la mente. Además pude descubrir la existencia de la biotecnología, un campo que  combinaba dos apasionantes carretas como la biología y la tecnología.
Cuando entré a la universidad hice todo lo posible para ser biotecnologo pero sentía un extraño nerviosismo al recordar la idea de crear seres más ágiles, más rápidos y más fuentes que nosotros que nos ayuden a realizar tareas difíciles para nosotros  y que sean capaces de pensar y no de moverse como maquinas. Fue en ese entonces en el que recordé mi historia favorita de pequeño “Frankenstein". Si al menos hubiese recordado la frase que impidieron que dichos pensamientos siguieran más allá al sentirme que llevaba toda la razón del mundo “ ¿Cómo te atreves a jugar así con la vida y con la muerte?”

Frankenstein o el moderno prometeo siglo XXI tercera parte

Minnesota, a jueves, 30 de noviembre del 2017
El joven que rodaba los quince años, volvía despreocupado hacia su casa después de un jueves como otro cualquiera en el instituto. Sus piernas, pesadas de estar todo el día con la mochila, caminaban despacio en dirección hacia la puerta de su casa  y sin darse cuenta frenó de golpe en frente del buzón, sin pensárselo mucho lo abrió encontrándose dentro de este un paquete que según decía lo había enviado su hermano. Tom entonces, aunque un poco receloso no pudo reprimir una sonrisa de alivio, estaría mintiendo si decía que en un principio dicha situación no le enfadaba, pero al final acabo aceptando y respetando las decisiones de su hermano, aunque sin dejar de sentir un ligero resentimiento al sentirse abandonado, puede que no haya madurado tanto como su hermano pensaba ,o puede que sí. El chico subió corriendo a su habitación al tiempo que oía algún maullido de bienvenida por parte de kity, una vez hubo abierto el paquete descubrió en él un cuaderno bastante gastado junto con una nota de su hermano que decía
“Espero que aquí puedas hallar el porque de mi tan ferviente curiosidad y admirar la vida de una persona brillante y que aun así la vida no siempre le ha premiado como debería.  Espero querido hermano que de esto puedas sacar alguna lección para tus futuras decisiones”
DIARIO DE ARTHUR KORHONEN
Jarko korhonen, un joven finlandés de carácter fuerte pero cariñoso, con un gran amor a la literatura y las artes que desde pequeño soñó con hacerse pintor y dejar huella como lo hicieron grandes pintores en su momento, sin embargo una vez fue creciendo dichos sueños se desvanecían y aparecían otras aficiones y motivaciones, de entre ellas la biología la cual en un futuro seria la que le proporcionaría un trabajo. Y Katherine Collins una joven amable y simpática irlandesa recién llegada a la ciudad en la que conocería a Jarko, su futuro marido y padre de su hijo Arthur.
Al haber sido el único hijo de la pareja nunca fui desatendido y gozé de una infancia feliz y cariñosa, ya desde pequeño mostré interés en la literatura que le proporcionaría tardes enteras en las que reflexionaría sobre diversos temas, pero uno de los que más llamarían mi atención es el del poder del ser humano, tan fuerte que seríamos capaces de crear seres que nos superasen. Al tener un padre el cual era profesor de biología nunca me faltaron conocimientos en dicho ámbito que me fue atrayendo a medida que crecía.
Yo junto a mi mejor amigo Maurycy teniendo los dos ya ocho años nos sorprendímos de los enormes progresos que daba la tecnología a principios de los 2000. Para mi la imaginación que me proporcionaban los libros junto con la atracción que sentía hacia la anatomía humana y la tecnología que lo hacía ver como si fuese todo posible terminaron por sentenciar mi futuro.

Frankenstein o el moderno prometeo siglo XXI segunda parte

A sábado, 25 de noviembre del 2017 
Querido Tom:
Tú sabes perfectamente que no me agrada precisamente tener que empezar una carta de esta manera pero las circunstancias lo requieren. En primer lugar me gustaría disculparme por mi inactividad a la hora de mandarte mensajes pero para que entiendas el motivo de este echo he de explicarte los acontecimientos ocurridos una vez pisé suelo finlandés. He de aclarar que la historia que te voy a contar ahora es demasiado larga como para contarla toda en una carta por lo cual te resumiré lo más posible dado que después me seria imposible mandarte más cartas durante un tiempo. 
Las cosas nada más llegamos fueron rápidas, siguiendo el mismo protocolo para representar a la USN en nombre de todo Estados Unidos y con ello dando por finiquitado mi estancia ahí. Todo hubiese salido perfectamente si esa misma noche unos compañeros y yo no hubiésemos decidido salir a celebrar nuestra vuelta a casa. Si no me hubiese perdido al quedarme atrás. Si después de vagar por las frías calles no me hubiese topado con una encantadora pareja que me dio cobijo y compañía durante esa noche, veras querido hermano, aquel amable hombre era Maurycy Woźniak un hombre finlandés de padre polaco y madre rumana que compartía su vida con su hermosa mujer Miska Niemi, originaria de allí. Ambos trabajaban en importantes empresas, pero dentro de ellos retumbaban sentimientos de culpa e impotencia que eran difíciles de distinguir, yo como buen caballero decidí no decir nada al respecto pero esa mañana de dieron a conocer la causa de ello, sin saber todavía muy bien el porque me daban a conocer un aspecto de su vida tan personal. 
Recuerdas el biotecnólogo  que se dio a conocer por ser una de las futuras grandes mentes de este siglo, Arthur Korhonen, y que nada más terminar un gran proyecto que según él revolucionaria el campo de la biotecnología entró en depresión y desapareció. Pues este es un claro ejemplo de como los medios venden noticias de un modo más subjetivo y manipulador del que nos creemos. Por supuesto que lo que dijeron no es verdad, pero lo que en verdad escondía dicha historia es tan irrealista y apasionante que no pude contenerme cuando me dijeron que donde se encontraba viviendo su antiguo amigo, y es esa la razón por la que lamentablemente voy a tener que aplazar mi llegada un para de semanas, se que te vas a enfadar y en verdad lamento tener que despedirme de ti dejándote con tan mal sabor de boca últimamente pero la curiosidad y la admiración que he llegado al expresar por dicho hombre es tan grande que no puedo contenerme. Hace ya pocos días que llegue a Alaska y espero esperanzado que se tome bien mi llegada que sus amigos ya le han comunicado. 
Por mi parte no tengo más que decir, te estaré comunicando lo que averigüe si tienes curiosidad. Cuidaos, os quiero. 
John Martínez

Frankenstein o el moderno prometeo siglo XXI primera parte

                    A miércoles, 15 de noviembre del 2017
Tommy, se que hace ya tiempo que no tienes noticias de mi, y permite me disculparme si te he preocupado, pero las recientes tormentas que se han presentado me han impedido comunicarme contigo antes, espero que no te moleste que nos comuniquemos durante un tiempo mediante cartas cuando este en alta mar. Pero después de todo yo ya era consciente de la vida que me esperaba cuando decidí alistarme en la marina, o USN como lo llamamos aquí, para servir a nuestra patria.
 Tom, tengo tantas anécdotas que contarte cuando vuelva al casa, no puedo creer que ya casi se acaba mi estancia aquí, me gustaría preguntarte como están mamá o kity, pero confío en tus recientes muestras de madurez como para saber que están bien y que las estas cuidando, pero aún así espero tu respuesta con ansias. Por mi parte no hay mucho que decir por escrito, estos últimos días el frío se ha incrementado de tal manera que más de una cuarta parte de mi plantilla a caído enferma por gripe mientras los demás nos resguardados lo más posible del frío e intentamos no acercarnos mucho a ellos para evitar enfermar también, aunque después de todos estos años supongo que ya eres consciente de lo poco enfermizo y friolero que es tu hermano. En lo consta a mi viaje, hace ya una semana que entramos a territorio europeo pero dado el reciente temporal todavía no hemos llegado al destino acordado, y créeme cuando digo que no puedo evitar sentirme dichoso al pensar que ya mañana podre estar caminando por las calles nevadas de Finlandia y ver aquellos paisajes de los que tanto presumen los finlandeses, tampoco creas que me voy a olvidar de ti ya que como ya mencione, pronto estaré en casa y te llevaré a ti y a mamá todos los obsequios que he ido consiguiendo en los distintos países en los que he estado.
Es posible que lo siguiente que te voy a comunicar no te agrade tanto, pero estoy pensando en retomar mi carrera de legua y literatura inglesa cuando vuelva, y si estas pensando lo que yo creo no tienes de que preocuparte, he averiguado sobre una universidad cerca de casa que tiene todo lo que necesito y es por ello por lo que se que te va a enfadar cuando te diga que esta pasando la frontera a Canadá. Lamento despedirme con esta inesperada noticia, pero me gustaría que aceptases mi decisión por muy insensible y egoísta que parezca al pedirte tal consentimiento. Se que no es la mejor manera de despedirse y créeme cuando te digo que yo tampoco tengo ganas de alejarme de mamá y de ti, pero es lo que tengo que hacer para cumplir la meta que desde hace años llevo anhelando conseguir.
Espero que te cuides hermanito, y que cuides a mamá y a la juguetona de kity. 
Os quiero.
John Martínez